Hace muchos años, Felicia Davey tomó una decisión fatídica: salvar la vida de un
niño que apareció demasiado pronto y sin ningún plan. Hoy, Felicia cuenta su
historia en detalle, sin tratar de persuadir a nadie a su lado, sino instando a
los padres a hablar abiertamente con sus hijos sobre el sexo y sus consecuencias.
Felicia Davey tenía 11 años cuando se enteró de la impactante noticia de que estaba
embarazada. El padre del niño, el hermano de 14 años de su amiga, al igual que
Felicia, no se dio cuenta de que el sexo podía tener consecuencias y no estaba más
preparado para ellas que la futura madre. Los padres de la niña insistieron en
abortar y consideraron el incidente como una “vergüenza para la familia”. Llevaron
a su hija a la clínica para hablar sobre “opciones”. Pero lo que Felicia escuchó
allí la convenció de que no quería interrumpir el embarazo, escribe The Sun.
Dio la casualidad de que la niña fue criada por una abuela de 80 años. La madre de
la niña apareció y desapareció durante mucho tiempo, y su padre trabajaba mucho.
Durante el embarazo, Felicia se mudó a vivir con su madre y su hermana.
Según Felicia, la gente trató de distanciarse de esta historia, pensando: “bueno,
no, esto no le va a pasar a mi hijo”.
Felicia no pudo terminar sus estudios, pues a los 20 años dio a luz a su segundo
hijo, William. El matrimonio con su padre no duró mucho, solo cinco meses, y
Felicia se quedó sola nuevamente, ahora con dos hijos. William rara vez veía a su
padre, y Samantha la vio solo una vez, a la edad de ocho años.
En 2008, Felicia comenzó una nueva relación con un hombre llamado Michael. Michael
era muy consciente de todo lo que había pasado Felicia. Creció en un orfanato y
vivió en varios hogares de acogida. La pareja tuvo tres hijos: los hijos Kenlan y
Brantley y la hija Harley. En 2013, Felicia y Michael legalizaron su relación y han
estado felizmente casados durante muchos años. Y recientemente, una mujer
estadounidense se convirtió en abuela: su hija mayor, Samantha, se casó y dio a luz
a un hijo, y luego a otro.
Según Felicia, ella y Samantha son mejores amigas. A pesar de las dificultades
financieras de la familia y la necesidad de ayudar a su madre con los niños más
pequeños, la niña recibió una buena educación y encontró trabajo como cosmetóloga.
Conoció a su amor y se casó, y luego se convirtió en madre, haciendo realidad los
sueños de Felicia de un futuro brillante para su hija.
Según ella, a veces los comentarios negativos en las redes la hieren hasta las lágrimas.
Pero ella trata de pensar positivamente. Fue este rasgo lo que la ayudó a sobrevivir
en una situación en la que, debido a la decisión de salvar la vida de su hijo, resultó
ser una paria en su propia ciudad.