Hanna y Jack esperaban ansiosamente el nacimiento de
sus gemelos, un niño y una niña, y ya habían
preparado trajes rosas y azules para su alta
del hospital. Sin embargo, después de los partos,
la enfermera les trajo dos niñas, lo que entristeció
y enojó a Hanna, exigiendo a su hijo.
Finalmente, la enfermera regresó con el pequeño
y le explicó que accidentalmente había confundido
al niño con la niña, cuya madre había fallecido
durante el parto. Ahora, la niña tendría que ser
enviada a un hogar infantil, ya que su padre se
había negado a cuidar de ella. Lyudmyla e Ivan
decidieron llevarse a los tres niños a casa.
La cuestión es que hace unos meses, Hanna tuvo un
sueño sobre una niña que le habían traído por error
a ella en lugar de a su hijo, y se despertó
con un fuerte sentimiento de que debía adoptarla.
Después de largas conversaciones con su marido,
que inicialmente dudaba en criar un tercer hijo,
finalmente acordaron darle la bienvenida a la niña a su familia.
A pesar de la confusión y la inesperada incorporación a
su familia, Hanna y Jack decidieron aceptar las nuevas
circunstancias y brindarles a los tres niños su amor y cuidado.