El verdadero amor es cuando las personas, incluso cuando son mayores, se aman y se
preocupan unas por otras. Desafortunadamente, los verdaderos sentimientos son cada
vez más raros. Sin embargo, una pareja de ancianos de Japón demostró lo contrario.
Yukaso y Toshiyuki llevan cincuenta años casados.
Lo más interesante de su historia es que el matrimonio no nació por amor, sino por
un acuerdo entre sus padres.
Sin embargo, poco después de la boda, se dieron cuenta de que estaban hechos el uno
para el otro. La joven pareja empezó a vivir muy feliz a pesar de los desafíos.
La familia Kuroku se dedicaba a trabajos agrícolas pesados. Había mucho trabajo pero
pocos ingresos. Sin embargo, incluso en los momentos más difíciles, Yasuko siempre
apoyó a su marido.
Tras el nacimiento de sus hijos, el matrimonio decidió dedicarse a la agricultura y
compró varias vacas. A pesar de tener que levantarse temprano, cuidar el ganado y
trabajar en el campo durante el día, su vida empezó a mejorar.
Consiguieron cubrir sus necesidades, criar a sus hijos y empezaron a ahorrar dinero
para viajar, pero lamentablemente sus sueños no estaban destinados a hacerse realidad.
Una mañana, Yasuko sintió un dolor en el ojo y fue al hospital de la ciudad con su
marido. Los médicos no pudieron establecer un diagnóstico y enviaron a la pareja a casa.
Al día siguiente, la condición de la mujer empeoró y finalmente quedó completamente
ciega. Los médicos no pudieron hacer nada; Yasuko era diabético, lo que puede haber
sido la causa. Con el tiempo, la mujer se reconcilió porque su marido intentó rodearla
de cariño y amor.
Sabiendo que a su esposa le encantaban las flores, Toshiyuki plantó rosas en el jardín
llamado «shibazakura». Eran de color rosa brillante, florecían la mayor parte del verano
y el otoño y eran fragantes. Durante los diez años siguientes, el hombre plantó flores
en una superficie de casi tres mil metros cuadrados.
Alrededor de su casa había una alfombra rosa muy perfumada. Su casa se hizo famosa en
toda la región. Locales y turistas vinieron a ver las hermosas flores y a hablar con Y
asuko. Le gustaba hablar con todos porque, debido a su vista, la mayor parte del tiempo
se quedaba en casa y no interactuaba con nadie.