Un evento maravilloso sucedió en esta familia. Lindsay Miles quedó embarazada y
esperaba un bebé. En el quinto mes de embarazo, después del ejercicio matutino,
sintió calambres en el estómago y fue al médico nada más salir del trabajo.
Pero resultó que la actividad laboral ya había comenzado.
El bebé nació a los 5 meses y pesó solo 680 g. Los médicos no dijeron nada: ni
reconfortante ni alentador. Todos esperaban con gran expectación noticias cada
hora mientras el pequeño Ward estaba en la unidad de cuidados intensivos.
Pasó 107 largos días aquí, su madre no estaba con él por la noche. ¡Pero las
tecnologías modernas y los especialistas hacen milagros perfectos!
Estas tomas conmovedoras del primer año de vida fueron capturadas por el padre
de Ward, Benjamin Miles.
La crónica en video de su cuarto cumpleaños, el 16 de julio de 2012, le regaló
a su esposa justo por su cumpleaños, que coincidió con el alta de su hijo y
finalmente la aparición de su casa, donde lo esperaban juguetes y una cuna.
Lindsay bromea diciendo que la mitad de las reproducciones del video que circuló
por la red le pertenecen a ella, pero el papá del bebé inspiró a muchas familias
con su propia historia e infundió esperanza de lo mejor en personas que tienen
situaciones similares. ¡El milagro realmente sucedió!
Los médicos advirtieron que la posibilidad de que todo salga bien es igual a la
posibilidad de que el niño tenga consecuencias irreversibles debido a un peso tan
pequeño y una fecha de nacimiento tan temprana, pero un bebé fuerte y amante de
la vida y unos padres que lo rodearon de fe en lo mejor y el amor lo ganó todo.
“En un día tan difícil, estábamos cerca.
El bebé estaba sin mascarilla y sin tubo. Y de repente giró un poco la cabeza y…
¡sonrió! Sabíamos que no podía ver en esta etapa, pero el hecho de que abrió los
ojos y los abrió tanto, no lo habíamos visto antes. ¡Él nos miraba directamente!
Tuve suficiente tiempo para tomar una foto de él. Después de un rato, cerró los ojos
y volvió un poco la cabeza hacia el techo. Nunca olvidaré ese momento. Siento que nos
estaba diciendo: ¡estoy bien! ¡No pierdas la fe en mí!”
Este pequeño bebé desde el primer día logró mostrarles a todos lo que significa una
verdadera lucha por la vida. La familia ha superado una situación difícil, ¡y esto
es lo principal!
Ward estaba aumentando de peso, los moretones habían desaparecido y no había signos
de hemorragia.
En su primer cumpleaños, él mismo se comió el pastel.
Ahora Ward va al jardín de infantes. ¡Así es él hoy!