Hillier es un hermoso lago de color rosa brillante, ubicado en la isla central del
archipiélago australiano de Rechurch. Se cree que la existencia de tal lago fue
descubierta por el navegante británico Matthew Flinders en 1802.
Al parecer se sorprendió mucho cuando subió al punto más alto de la isla y vio un
lago rosa. Está rodeado por un denso bosque de eucaliptos, que desemboca por un lado
en el Océano Pacífico.
Lo mejor es mirar el lago desde gran altura, porque desde allí se puede ver que el
agua está pintada de un color rosa muy brillante. Hay muchos lagos en nuestro planeta
con un tono de agua inusual, pero Hillier es el único de su tipo.
El lago en sí es poco profundo y su longitud es de 600 metros y su ancho es de 250
metros. A veces el tono del agua cambia de rosa intenso a marrón, depende de la
temporada. Se puede nadar en el lago Hillier porque no supone ningún riesgo para la
salud humana. Como el agua del lago es muy salada, una persona puede simplemente
tumbarse en el agua y el agua misma lo empujará a la superficie.
El nivel de salinidad es varias veces mayor que el de las aguas del océano frente a
las costas de Australia. Por eso, a principios del siglo pasado incluso se extraía
sal del lago, pero después de 6 años esta actividad se detuvo.
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