Existe una conexión única entre los niños y los animales, especialmente notada por
los padres de niños pequeños o bebés.
Los perros suelen asumir el papel de cuidadores y cuidar de los recién nacidos, ya
que las mascotas son muy protectoras con ellos. Los niños pequeños y los perros
siempre deben estar estrechamente vigilados por sus padres. A pesar de ello, los
perros tienen un impacto significativo en los niños.
Participar en conversaciones con un perro mejora las habilidades sociales. Los niños
hacen amigos rápidamente y se sienten cómodos en entornos desconocidos gracias a la
interacción continua con sus compañeros de cuatro patas. Además, tener un perro en
la familia enseña disciplina y responsabilidad.
Si bien los adultos asumen la mayor parte de las responsabilidades del cuidado de
las mascotas, se puede confiar en que los dueños jóvenes paseen y alimenten a sus
mascotas a partir de cierta edad.
La inmunidad de los niños se fortalece mediante la interacción con los perros.
El tiempo de juego y las actividades al aire libre compartidas entre perros y niños
contribuyen a su salud general.
La exposición regular a microorganismos que estimulan el sistema inmunológico tiene
un efecto vital. Los niños se vuelven menos ansiosos a medida que aprenden a
comprender y responder adecuadamente a las emociones de los animales con la
orientación adecuada y el cumplimiento de las instrucciones básicas de seguridad.
Numerosos vídeos muestran interacciones positivas entre perros y niños.