Durante mucho tiempo, Stewart y Kirsty Baxter lucharon por tener hijos. Cuando
Kirsty finalmente quedó embarazada en 2013, parecía que la felicidad había llegado.
Sin embargo, el destino tenía un plan diferente y perdieron al bebé a las 19 semanas.
Pero pronto, sucedió un milagro, y la pareja estaba embarazada de nuevo. El segundo
embarazo fue exitoso, tranquilo y sin complicaciones. Cuando nació su hijo Riley,
todo fue maravilloso. Sin embargo, poco después, los médicos sorprendieron a los
nuevos padres con la noticia de que su hijo tenía síndrome de Down.
“Cuando nos dijeron que Riley estaba enfermo, no lloré porque empecé a quererlo menos.
Simplemente sabía lo cruel que podía ser este mundo”.
A pesar de sus temores, todo salió bien. Ahora, Riley asiste a la escuela y trae una
inmensa alegría a sus vidas. Incluso se ganó el apodo cariñoso de «Smiley Riley».
“Él pinta nuestra vida con diferentes colores hasta en el peor día”.
Mothercare, una destacada marca británica, notó a Riley y le ofreció aparecer en su
publicidad después de ver su actitud positiva.
“Sus compañeros de clase comenzaron a tratarlo con mucho respeto”.
Aunque Riley enfrenta desafíos en el desarrollo muscular, eso no le impide realizar
ejercicios físicos e incluso montar a caballo. También experimenta dificultades con
el habla verbal, por lo que sus padres le enseñaron el lenguaje de señas.
Riley puede ser un niño especial, pero disfruta plenamente de la vida y encuentra un
inmenso placer en ella. Además, su sonrisa es increíblemente contagiosa.