Una tarde soleada, en un animado barrio suburbano, la pequeña Emily, una niña curiosa
y enérgica, decide darle a su padre, James, un nuevo apodo: «Daddy Doodle». James,
encantado con la creatividad de su hija, lleva el título con orgullo, para diversión
de Emily.
Mientras juegan juntas en su patio trasero, Emily se detiene de repente y sus ojos se
iluminan con una idea. Ella tira de la mano de James, la emoción burbujea dentro de
ella y anuncia que tiene algo muy importante que decir. Con una sonrisa traviesa,
lleva a papá de regreso a la casa, sus pequeños pies tamborilean de emoción.
Una vez dentro, Emily se apresura a buscar un trozo de papel y un crayón, con su carita
arrugada por la concentración. Con mucho cuidado, comienza a garabatear algo en el
papel, con la lengua ligeramente fuera en señal de concentración.
James observa con una mezcla de curiosidad y diversión, preguntándose qué mensaje
importante podría tener su hija para compartir.
Finalmente, Emily termina su obra maestra: un colorido dibujo de su familia, con
versiones de palitos de ella, James y su madre, Sarah, tomados de la mano y sonriendo.
Mostrando con orgullo su creación, Emily se vuelve hacia su padre con ojos brillantes
y le declara: «¡Te amo, papá Doodle!». El corazón de James se hincha de amor y alegría
ante el dulce gesto de su hija, y la toma en sus brazos, cubriéndola de besos y abrazos.
Pero Emily aún no ha terminado. Con una expresión decidida, se libera del abrazo de su
padre y sale corriendo, gritando por encima del hombro: “¡Espera aquí, papá Doodle!
¡Tengo que hacer algo más!
Curioso e intrigado, James sigue a Emily afuera, donde la encuentra parada en el porche
delantero, con su pequeña mano levantada en un saludo solemne. Con toda la seriedad de
una niña pequeña en una misión, Emily mira a su padre y proclama: «¡Yo también te amo,
mami!».
James no puede evitar reírse de las adorables travesuras de su hija, sintiendo una ola
de gratitud invadirlo por los preciosos momentos que comparte con su animada pequeña.
Con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de amor, toma a Emily en sus brazos una
vez más, agradecido por la alegría y la risa que ella trae a sus vidas todos los días.
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