Las niñas de 22 años generalmente no necesitan el cuidado de sus padres.
Pero la joven enfermera de Florida aún decidió que necesitaba un padre,
y ellos merecían ser el que había estado a su lado durante tantos años.
Un regalo inusual ha sido preparado para el 53 cumpleaños de su suegro,
David Linda, por la enfermera Gabriela Guardado, de 22 años, de Florida.
Como mujer adulta, quería que el hombre que la crió se convirtiera
oficialmente en su padre. Puso un juego de documentos de adopción y
un bolígrafo en una bolsa con regalos y le entregó el
paquete a David en presencia de toda la familia.
Al principio, David no entendía lo que estaba pasando. Sacó un bolígrafo
del envoltorio y felizmente comenzó a darle vueltas en sus manos,
obviamente pensando que era un regalo. Pero luego sacó los documentos y,
mientras los examinaba, su rostro adquirió una expresión cada vez más desconcertada.
«No tienes que firmar esto», le dijo Gabrielle a su padrastro.
Puedes decir que no. Pero siempre has sido mi padre, y
ninguna cantidad de papeleo cambiará eso. »
Al escuchar estas palabras de su hija adoptiva, David no pudo
contener las lágrimas. “Gaby, no tienes idea de lo que esto
significa para mí”, fue todo lo que logró decir.
Al ver esta conmovedora escena, todos los miembros de la familia
que Gabrielle había invitado especialmente para presentar su
inusual regalo no pudieron contener las lágrimas.
Gabriela es la mayor de cinco hijos en la familia. Desde pequeña quería
que David la adoptara, pero su padre biológico no se lo permitió.
Luego cumplió dieciocho años y, habiendo decidido que la adopción
a esa edad ya no era posible, olvidó su sueño.
Pero unos años más tarde, un amigo le contó sobre el proceso de adopción de adultos.
Gabriela pasó mucho tiempo preparando los documentos necesarios
para entregárselos a su verdadero padre en su cumpleaños.
Según ella, David se ha convertido en su verdadero padre y
significa para ella “más de lo que las palabras pueden describir.
Él me ayudó en los momentos difíciles cuando era niña, cuando
estudiaba para ser enfermera y, al final, me ayudó a crecer como adulta”, dice ella.
La madre de Gabriela, Lori Ann, de 44 años, se casó con David en 2004.
En ese momento tenía cuatro hijos, con quienes deja a su esposo,
quien muchas veces le levanta la mano. Gabriela, la mayor, tenía entonces 10 años.
Desde entonces, David ha estado constantemente a su lado y con los
demás hijos de Laurie Ann. “Cuando Gabriela me dijo que quería ser
la hija legal de David y llevar su apellido, me eché a llorar”, confiesa.
“Cuando vi sus lágrimas, fue lo más hermoso que he visto en mi vida”,
admite Laurie Ann. En ese momento, me di cuenta de que la alegría de ser
padre vale todas las dificultades que tengo que soportar. Mi primer
matrimonio fracasó, pero esta vez nos va bien. Lori Ann admitió que
estaba feliz cuando su hija se ofreció a darle a David un regalo tan
inusual y se ofreció a capturar ella misma el emocionante momento en video.
Después de que el video se publicó en Internet, decenas de miles de personas lo vieron.