En 2005, Rachel y Jason comenzaron a pensar en tener un tercer hijo. Después de
4 meses de intentos fallidos, decidieron recurrir a la ayuda de los médicos y
comenzaron la terapia hormonal. ¡Y funcionó!
Cuando Rachel quedó embarazada, soñó que serían gemelos. Pero durante la ecografía,
los médicos notaron los latidos del corazón del tercer niño. Y a los minutos le
dijeron a mamá que no eran dos o tres niños, ¡sino cinco! Decir que Rachel estaba
sorprendida es no decir nada. Ella no pudo decir una palabra. El médico inmediatamente
comenzó a explicar todos los riesgos de un embarazo así y se ofreció a deshacerse de
tres fetos para “dar una oportunidad a los dos restantes”.
Durante las siguientes tres semanas, Rachel y su esposo visitaron a varios médicos
y todos insistieron en que se debería reducir la cantidad de óvulos fetales. Pero
la pareja decidió que estas cinco migajas no les fueron enviadas por casualidad y
que podrán superar todas las dificultades. Rachel y Jason comenzaron a esperar con
ansias la llegada de los bebés.
Mamá muestra su enorme barriga, con 33 semanas de embarazo. 5 días después,
Rachel dio a luz a tres niñas y dos niños. ¡Y es solo un milagro!