Una historia asombrosa le sucedió a un niño de tres años llamado Casey Hathaway.
El pequeño estaba visitando a su abuela, y cuando la mujer se distrajo, salió al patio con poca ropa para sus amigos y desapareció.
Los padres que regresaron del trabajo no han encontrado a su hijo. La abuela estaba muy preocupada y tampoco podía explicar dónde había desaparecido su nieto.
Entonces los padres de Casey recurrieron a la policía con una solicitud para encontrar al pequeño.
Afuera hacía 6 grados bajo cero y los agentes del orden temían por la vida del niño, ya que no vestía ropa de abrigo.
Helicópteros, drones, unidades policiales K-9, buzos y cientos de ciudadanos preocupados se unieron a la búsqueda.
Durante dos largos días, todas estas personas recorrieron el bosque, pero no pudieron encontrar a Casey. El clima se deterioró bruscamente y la búsqueda tuvo que ser suspendida.
Y cuando reanudaron, la suerte sonrió a los rescatistas: encontraron al niño en una pequeña isla. Se sentó en los arbustos y lloró.
Para alcanzar al cachorro, los rescatistas tuvieron que caminar a través del agua hasta la cintura y no pudieron entender cómo llegó el cachorro a esta isla.
Ya en casa, el niño le contó a su madre que todo este tiempo lo ayudó un oso negro que vivía en el bosque, y este oso ahora es su gran amigo.
Cabe señalar que el oso negro es una especie de oso muy común en América del Norte. El crecimiento de un animal adulto puede alcanzar hasta 2 metros. Y el peso puede alcanzar los 360 kilogramos.
Los osos negros rara vez atacan a las personas y hacen todo lo posible para evitar encontrarse con ellos.