Ella es residente de Ghana y ella y sus herederos se
encontraban en un estado lamentable debido a la
falta de un techo sobre sus cabezas y medios para sobrevivir.
Los voluntarios que llegaron a Ghana en una misión
benéfica le dieron dinero a Jasmine para comprar su propia casa.
Ayudaron a la mujer a hacer algunos trabajos de
renovación en su casa, pero la amabilidad no terminó ahí.
Los voluntarios transformaron a Jasmine hasta
dejarla irreconocible. Le trataron los dientes, la peinaron y maquillaron.
Y la ropa nueva no hizo más que consolidar el resultado conseguido.
Mirando a la nueva Jasmine, cuesta creer que
esta mujer lleve muchos años deambulando por las calles de Ghana con sus hijos.
“Más historias amables como esta”, “Noticias
maravillosas”, “Ella realmente es una mujer hermosa”
“Resultado extraordinario”, “Bien hecho, no tengo
palabras”, leo debajo de las fotos de Jasmine
transformada de una manera tan sorprendente.