Muchos de nosotros pensamos en tigres, leones, guepardos y leopardos cuando
pensamos en gatos salvajes. Sin embargo, hay cientos de otras especies de
gatos en la naturaleza que son igual de notables, aunque más pequeñas.
El «lince del desierto», o caracal, es uno de ellos.
El hermoso gato se llama así por sus orejas negras y esponjosas. “Caracal”
proviene de la palabra turca “karakulak”, que significa “oreja negra”.
Muchos científicos han especulado sobre por qué los caracales tienen mechones
en las orejas. Esto puede ser para mantener a las moscas alejadas de su cara o
para ayudar a camuflarlas. Sin embargo, la mayoría cree que el gato mueve los
mechones de sus orejas para comunicarse con otros caracales.
Los gatos pueden alcanzar hasta 50 libras. Su pelaje bronceado/anaranjado y su
vientre blanco les permiten mezclarse con su hábitat natural de desierto y pradera.
Los caracales cazan de noche, por lo que durante el día suelen descansar y dormir.
Normalmente son animales solitarios, pero algunos viven en parejas. Las hembras
normalmente dan a luz entre uno y seis gatitos, una vez al año.
Se quedan con su madre durante casi un año antes de partir para establecer su
propio territorio.
¡Son adorables cuando son gatitos!
Son conocidos por su velocidad y agilidad, lo que los convierte en excelentes cazadores.
Pueden derribar presas de dos a tres veces su tamaño y pueden saltar alto en el
aire para atrapar un pájaro en vuelo. Los caracales también cazarán peces,
lagartijas, serpientes, pequeños antílopes, roedores, liebres.
Sus habilidades como cazadores los llevan a ser entrenados para cazar pájaros
en el antiguo Irán e India.
Los gatos son fáciles de domesticar, pero no se consideran mascotas.