Hace dos años ocurrió un milagro en la familia de Kerry y Harold Askin,
con el que ni siquiera se atrevían a soñar. Su hijo de un año,
llamado Dylan, se despertó después de 6 meses en coma.
El niño se despertó justo cuando sus sistemas de supervivencia
estaban apagados. Este incidente ocurrió el Viernes
Santo y podemos llamarlo con seguridad verdadera magia.
El pequeño Dylan enfermó por primera vez en el invierno de 2015.
La familia estaba celebrando la Navidad cuando Dylan sufrió una
tragedia. De repente, el niño comenzó a ahogarse
y sus padres lo llevaron inmediatamente al hospital.
El diagnóstico fue decepcionante: Dylan padecía una
rara enfermedad pulmonar: la histiocitosis de células
de Langerhans. En esta afección, aparecen quistes
en los pulmones que provocan el colapso.
Mientras recibía tratamiento, Dylan contrajo neumonía.
“Su estado empeoró considerablemente, entró en coma…”,
recuerda Kerry, la madre del niño. Al evaluar las posibilidades
del pequeño Dylan, los médicos comenzaron a preparar a los padres para lo peor.
El niño no salió del coma durante casi 6 meses y los médicos
sugirieron la eutanasia, es decir, apagar los sistemas de
supervivencia. Desesperados, Kerry y Harold estuvieron de acuerdo.
Los médicos dijeron que practicarían la eutanasia antes
de Semana Santa. La condición del niño empeoró, por
lo que los padres lo bautizaron y trajeron a su hermano mayor Logan.
La familia tuvo que despedirse y dejar ir al pequeño Dylan.
“Estaba aterrorizada por lo que estaba pasando. No podía dormir,
lloraba todo el tiempo. No dejamos a Dylan: hablamos con él,
cantamos, leímos cuentos”, recuerda Kerry.
Por la noche, los médicos comenzaron a apagar gradualmente
los sistemas de vida. Cuando se apagaron todas las máquinas,
uno de los médicos gritó “¡Espera! ¡Empezó a respirar!
Los médicos sorprendidos se dieron cuenta de que el niño todavía
luchaba por su vida. “La tierra se derrumbó bajo mis pies cuando
abrió los ojos. Aunque no soy particularmente religiosa,
creo que a mi hijo le ocurrió un verdadero milagro”, dijo la madre del niño.
Después de este mágico incidente, la condición de Dylan mejoró cada día.
El niño se recuperó completamente de la enfermedad y
fue dado de alta de la clínica en el verano de 2016.
Regresó a casa con las personas más cercanas que tanto tiempo lo esperaban.
¿Necesito decir lo felices que estaban los padres del niño?
¿Y cómo, conociendo esta historia, no creer en los milagros?