La familia de la médica y abogada española María Belon viajó a Khao Lak,
Tailandia, para las vacaciones de Navidad de 2004.
Densos bosques tropicales, hermosas playas que se extienden por kilómetros a
lo largo de la costa del Océano Índico: todo esto deleitó a los ojos y prometió
un verdadero placer celestial. El día era normal, el sol brillaba intensamente,
los tres niños se divertían en la piscina, su esposo Enrique Álvarez estaba
cerca.
María estaba recostada en una tumbona de muy buen humor, anticipando que el
próximo descanso en este balneario sería igual de placentero y sereno.
Al principio escuchó un ruido similar al rugido de un motor. Y cuando levantó
la cabeza, vio una escena que la golpeó con un terror mortal.
Una enorme ola que se asemejaba a una pared sólida se precipitaba hacia ellos
con una fuerza furiosa. Luego todo se mezcló entre restos de tablones,
árboles arrancados, barcos de pesca flotando en el fondo.
Los gritos de auxilio se escuchaban por todas partes, no ahogados ni siquiera
por la tumultuosa corriente de agua.
En algún momento, María perdió el conocimiento, y cuando despertó, el primer
pensamiento que le quemó el corazón fue uno solo: qué le está pasando ahora a
sus hijos, a su esposo, están vivos. Por suerte, Enrique y sus dos hijos, y
María, que pudo salvar a uno de sus hijos, terminaron en el mismo hospital.
Digamos que tuvieron suerte: solo sufrieron heridas leves y contusiones. La
historia de María Belón y su familia inspiró la película «Lo Imposible»,
dirigida por el director español Juan Antonio Bayona.
Ahora María, como experta en motivación y defensora de las víctimas del
tsunami, viaja por todo el mundo.
Ella cree que el sentido de la solidaridad frente a la adversidad, cuando
cada uno se responsabiliza del destino del otro, siempre ayuda a superar
las pruebas que le han tocado.
