Ubicada en el corazón de El Cairo, Egipto, la «Casa de la cretense» es una maravilla arquitectónica que encarna la magnificencia de la arquitectura doméstica del siglo XVII. Conocida hoy como el Museo Gayer-Anderson, esta histórica residencia cuenta la fascinante historia de la intersección de culturas, preservación y pasión del Mayor Gayer-Anderson, un orientalista que dejó una huella imborrable en esta morada venerada a lo largo de los siglos.
Origen de la «Casa de la cretense»: Construida en el año 1631 d.C., la Casa de la cretense recibió su nombre debido a su asociación con una mujer rica originaria de Creta. A lo largo de los siglos, cambió de manos en varias ocasiones, y en 1935 pasó a ser propiedad del Mayor Gayer-Anderson, marcando el inicio de una época de transformación en esta legendaria residencia.
Gayer-Anderson: Guardián de la historia: Un coleccionista jubilado que se autodenomina orientalista, el Mayor Gayer-Anderson no solo fue un inquilino de la casa, sino también el guardián de su rica historia. Después de obtener el permiso para residir entre sus paredes, Gayer-Anderson emprendió la misión de restaurar y preservar esta joya arquitectónica.
Transformación y restauración: La dirección de Gayer-Anderson llevó al renacimiento de la Casa de la cretense. Bajo su atento cuidado, la instalación de electricidad y fontanería insufló nueva vida a las antiguas paredes. Fuentes, aceras y varios elementos del interior fueron cuidadosamente restaurados, rindiendo homenaje a la grandeza de sus raíces en el siglo XVII. Enfoque personal de Gayer-Anderson: La casa se convirtió en un lienzo para la colección personal de obras de arte, muebles y alfombras de Gayer-Anderson. Sin conformarse con exposiciones estáticas, incluso construyó un barco de vela para recorrer Egipto de arriba a abajo, recolectando antigüedades que encontraron un nuevo hogar en las históricas paredes. Amarreado en las orillas del Nilo, este barco se convirtió en una extensión misma del museo. Legado y partida:
En 1942, problemas de salud obligaron a Gayer-Anderson a despedirse de Egipto. Haciendo un gesto notable, dejó todo el contenido de la casa al gobierno egipcio, recibiendo el título honorífico de Pachá del rey Faruq. Gayer-Anderson falleció en Inglaterra en 1945, encontrando su último refugio en Lavenham, condado de Suffolk. Museo Gayer-Anderson: Hoy, la Casa de la cretense es el Museo Gayer-Anderson, un testimonio vivo de la pasión y dedicación de su antiguo cuidador. El museo, conocido por su extraordinaria preservación, ofrece a los visitantes una rara oportunidad de viajar al pasado y ser testigos de la opulencia de El Cairo en el siglo XVII. Sus salas resuenan con historias de diversas culturas y el espíritu indomable del Mayor Gayer-Anderson, asegurando que el legado de esta joya arquitectónica perdure para las generaciones futuras