La historia de Allison y Josh Lewis es inspiradora y
demuestra el poder del amor y la resiliencia del espíritu humano.
A pesar de su plan inicial de tener sólo tres hijos, sintieron
la necesidad de adoptar a Mika de Etiopía, y más tarde nació Julia.
Su deseo de amar a todos sus hijos y marcar una diferencia en el
mundo los impulsó a presentar una solicitud de adopción y, en el
cumpleaños de Allison, recibieron la noticia de que había un
niño disponible para adoptar en Carolina del Norte.
Pero lo que comenzó como una sorpresa para la pareja se convirtió
en una sorpresa aún mayor cuando descubrieron que traerían a
casa gemelos: una niña y un niño. La niña nació con una grave
enfermedad cerebral a la que los médicos creían que no sobreviviría,
y advirtieron a la pareja de la incertidumbre sobre su esperanza de vida.
Sin embargo, Allison y Josh sabían que tenían que llevarla a casa
y cuidarla. El amor de la familia por su nueva hija, Eva,
era palpable y todos esperaban con ansias su llegada.
Al final, el director del hospital donde se alojaba
Eva organizó un transporte especial para llevarla sana y salva a su nuevo hogar.
La familia apreció cada momento que pasó con ella durante
seis meses, pero lamentablemente Eva falleció. A pesar
de esta triste experiencia, la familia aprendió mucho,
incluido el valor del sufrimiento. Allison y Josh continúan
orando por su hija y atesorando los recuerdos del tiempo que pasaron con ella.
Su historia es un testimonio de la fuerza del espíritu
humano y el poder del amor para superar la adversidad.