Hace dos años nació en Japón el bebé más pequeño del mundo, con un peso de 268 g y
una medida de 22 cm. Luego de cinco largos meses de persistente lactancia y
tratamiento, el pequeño abandonó las paredes del hospital con sus padres.
En uno de los hospitales de Tokio nació el hombre más pequeño del mundo llamado
Riusuke. Ninguno de los médicos estaba seguro de que el niño sobreviviría. Sin
embargo, el personal del hospital hizo todo lo posible para que el milagro sucediera.
El pequeño ha sido apodado «mini-milagro».
Inmediatamente después del nacimiento del niño se colocó en un dispositivo especial
para bebés prematuros. El bebé fue alimentado con un tubo.
Además, su madre extraía leche constantemente, en la que las enfermeras humedecían
un tampón especial y lo ponían en la boca del niño para que al menos una pequeña
parte de las sustancias útiles entrara en el cuerpo del pequeño.
La madre del niño más pequeño del mundo admite que ese período fue el más difícil
de su vida. Después de todo, nadie le dio la esperanza de que Riusuke se recuperaría.
La piel del niño era completamente translúcida, por lo que ni siquiera podía tocar
a su hijo. Pero cuando el peso del bebé comenzó a aumentar gradualmente, la
felicidad de la mujer no conoció límites.
