María esperaba ansiosamente el nacimiento de su hijo.
En el noveno mes de embarazo empezó a tener contracciones.
Su marido la llevó rápidamente al hospital y dio a luz a un hijo.
La joven pareja estaba encantada de convertirse en padres.
Fueron dados de alta del hospital tres días después.
El personal médico llevó al bebé para su chequeo final y
pronto regresó con él. Pero cuando María miró al niño, gritó:
“¡Éste no es mi hijo! ¡Me has traído el bebé de otra persona!
El personal médico se sorprendió y respondió con calma:
“Este es su hijo. No podría haber cometido un error”.
Entonces María empezó a desvestir al bebé. «¿Qué estás haciendo?»
preguntó el personal médico. “Les estoy demostrando que este
no es mi hijo. ¡Me trajiste una niña, pero yo di a luz a un niño!
¡O me devuelves a mi hijo en un minuto o voy con el director!
El personal médico palideció y rápidamente abandonó la habitación.
A los pocos minutos regresó con el hijo de María.
Resultó que el personal médico había cambiado accidentalmente
a los bebés y le había traído a María una niña cuyos padres
habían escrito una negativa para reclamarla. La niña pronto
fue destinada a un orfanato. María regresó a casa con su hijo
y trató de olvidarse del incidente. Sin embargo, esa noche
soñó con la niña que le habían traído por error.
Cuando María se despertó, inmediatamente le contó el sueño a su marido.
Decidieron indagar sobre la posibilidad de adoptar
a la niña cuyos padres la habían rechazado. Ahora María tiene dos
hijos a quienes ama por igual. Está feliz de haber adoptado a la niña,
que acabó en sus brazos por un afortunado error. ¡El error del personal
médico finalmente se convirtió en una bendición para la pequeña!
