El padre del pequeño Rowan lleva a su hijo al hospital, donde su madre y su hermana
recién nacida lo esperan en la sala de la unidad de maternidad.
El niño entra con su padre tomados de la mano y su madre lo levanta alegremente.
Rowan ve a la niña e inmediatamente la señala. Sus padres le dicen que ella es su
nueva hermana pequeña. En ese momento, la madre se emociona mucho y comienza a llorar.
Coloca al bebé en la cama y la familia se reúne a su alrededor.
El niño está sentado en el centro y mira a su hermana pequeña con curiosidad.
Con un gesto delicado, le toca la mejilla y los piececitos y le dice que la ama.
Los padres miran con orgullo a su hijo que por primera vez comprende todo y forma
vínculos. Rowan está feliz de ver a su hermana durmiendo. Le da unas palmaditas
para asegurarse de que está bien.
Y cuando se le cae el chupete, el pequeño lo recoge y con cuidado lo vuelve a
introducir en la boca del recién nacido.
La madre vuelve a coger al niño en brazos y miran por la ventana. La madre, conmovida,
sigue derramando lágrimas.
Antes de irse, Rowan revela que tiene un regalo para su madre. Él le ofrece algunas
flores que él mismo recogió solo para ella, porque a su madre le encantan las flores.