En 1984, una joven, hermosa y muy rica residente del Reino Unido decide comprar un castillo. Cornelia Bailey tenía mucho dinero y eligió un castillo del siglo XVII valorado en 75.000 libras esterlinas.
El castillo estaba en un estado deplorable y Cornelia tuvo que invertir en su reparación y acondicionamiento 6 veces más de lo que pagó por él.
Después de la finalización de todas las obras, el castillo comenzó a parecerse a un verdadero museo. Contenía costosos muebles antiguos, obras de arte y colecciones de porcelana.
Los turistas están interesados en el castillo de la joven, y allí comienzan a realizarse excursiones regulares, lo que le brinda a la mujer un buen ingreso.
Se creó el negocio, pero Cornelia Bailey no tuvo éxito en su vida personal. Poco a poco, la mujer cayó en una grave depresión, se negaba a comunicarse con nadie e incluso despidió a todo el personal del castillo.
Como resultado, una joven floreciente se convirtió en una ermitaña que vivió 33 años.
El castillo cayó en mal estado y poco a poco cayó en mal estado. Y la propia Cornelia ha cambiado más allá del reconocimiento.
Y un día, los vecinos de Cornelia Bailey decidieron ayudar a la mujer salvaje y recurrieron a la televisión. El hecho es que en Gran Bretaña es muy popular el programa donde los especialistas ponen en orden casas viejas y abandonadas.
Cornelia aceptó la ayuda de la gente de la televisión, pero puso una condición: solo sería posible restablecer el orden en su castillo con la ayuda de trapos y agua. La mujer temía que el interior del castillo y sus exhibiciones sufrieran de varios químicos.
Las Cornelia explicaron que tantos años de suciedad y polvo no se podían superar solo con agua. La mujer, después de reflexionar, estuvo de acuerdo.
Durante varios días, su castillo fue lavado y puesto en orden. Pero por otro lado, el resultado asombró tanto a su amante como a los espectadores.