La estadounidense Lucy Hellein ya tenía dos hijos. Ella y su esposo no planearon
más, por lo que la mujer fue al médico y le inyectó un anticonceptivo especial
en su cuerpo. El propósito de este implante es producir hormonas que se suponía
complicarían la concepción tanto como fuera posible. Los fabricantes de tales
productos dan una garantía del 99% de que no se producirá la concepción.
Cuál fue la sorpresa de la mujer al darse cuenta de que estaba embarazada. Al
mismo tiempo, se descubrió solo en la semana 18. Además, el médico no vio ningún
implante en la ecografía y concluyó que este último simplemente se cayó.
Lucy dio a luz a un niño por cesárea. Al mismo tiempo, la mujer compartió con
el mundo entero una imagen del bebé, quien sostenía en sus manos el mismísimo
implante que se suponía iba a impedir su nacimiento.
Lucy misma cree que el pequeño Dexter es una verdadera bendición. Incluso si su
nacimiento no fue planeado, pero una mujer no puede imaginar la vida sin este bebé.
Por cierto, en el futuro, Lucy decidió realizar una esterilización voluntaria
vendando las trompas de Falopio para protegerse de otra sorpresa, aunque fuera
tan linda como Dexter.
Como puedes ver, a veces la naturaleza sigue su curso, a pesar de todos nuestros
trucos. ¡La historia con Dexter es una vívida confirmación de esto!