Anna Taylor no tiene nada que culpar de la cuarentena 2020. Al contrario, le agradece
haber podido ver a sus padres biológicos por primera vez en seis décadas.
Todo comenzó con un kit de pruebas genéticas caseras que los niños le regalaron a Anna
por Navidad. Una residente de Texas siempre supo que creció en una familia adoptiva,
pero ni siquiera podía esperar que esta cajita pudiera llevarla a su propia madre.
A fines de 2019, Anna envió material genético. Pronto, el gerente de la clínica la
llamó y le informó que sus datos de ADN coincidían con los datos de una mujer llamada
Ada, quien aparentemente es su madre biológica, informa La Gran Época.
Anna estaba temblando por todas partes. Durante 62 años, la mujer no había recibido
ninguna noticia de sus padres de sangre y no sabía cómo empezar a comunicarse. Pero
pronto se recompuso y decidió llamar a Ada. Y en octubre pasado, una mujer de 85 años
voló desde Connecticut a Texas para ver por primera vez a su hija, a quien abandonó
inmediatamente después de su nacimiento. “Las palabras no pueden describir lo que sentí
cuando la abracé por primera vez”, dijo Anna en una entrevista con La Gran Época. – Este
momento fue el mejor de mi vida después del nacimiento de hijos y nietos”.
Resultó que Ada mantuvo todo en secreto. Incluso su esposo no sabía que ella tenía una
hija. Y nadie lo sabía. Pero decidió contarle a Anna toda la verdad. Mamá también le
contó a su hija sobre su padre biológico, Nicholas, quien ahora vive en un hogar de ancianos
en Nueva Orleans. Pronto Anna pudo conocerlo personalmente, sin embargo, observando la
distancia prescrita.
El primer encuentro de Anna con su padre resultó ser muy conmovedor.
Un hombre de 87 años sufrió un derrame cerebral que le paralizó el lado izquierdo del cuerpo,
pero aún se encuentra en buena forma. El encuentro resultó ser muy emotivo y ninguno de los
presentes pudo contener las lágrimas. En Navidad, Anna quería volver a ver a su madre, pero
debido a la pandemia de coronavirus, la visita tuvo que posponerse. Pero en las vacaciones de
Año Nuevo, pudo volar a Luisiana nuevamente y conversar con su padre, así como con sus nuevos
parientes: su hermanastra, sobrinos y sobrinas.
Se le permitió quedarse con su papá solo 45 minutos, pero se divirtieron mucho durante ese
tiempo. Anna y sus padres biológicos no tienen recuerdos comunes, pero ella espera recuperar
el tiempo perdido, porque todos lo quieren. Según Anna, tuvo mucha suerte, porque había
escuchado muchas historias sobre cómo los niños adoptivos encontraron a sus padres de sangre
y no querían comunicarse con ellos. Sus familiares la recibieron con los brazos abiertos y
ahora su familia se ha vuelto mucho más grande. “Mucha gente nueva ha entrado en mi vida en
ocho meses. Pero lo principal es que ahora tengo una mamá y un papá”, dice Anna.
Buscarías padres biológicos si te enteras de que creciste en una familia de acogida?
Y hace poco recordamos otra historia similar. El hijo encontró a la madre biológica que lo
abandonó hace 45 años. Estas son las capturas de este encuentro.