A la edad de 33 años, la británica Gemma Holmes se vio involucrada en un horrible
accidente camino al trabajo. La mujer sufrió heridas graves, incluida una fractura
de columna y una conmoción cerebral, y los médicos decidieron colocarla en coma
artificial. Informaron a los padres de Gemma que su hija estaba en estado crítico
y esperando un bebé.
La mujer británica despertó del coma solo tres meses después. No sabía dónde estaba
y no recordaba lo que le había sucedido. “Abrí los ojos y de repente escuché:
‘Estás en el hospital. Tuviste un accidente grave, sufriste una lesión en la cabeza,
un pulmón perforado y múltiples fracturas óseas. No podrás caminar y tienes 11
semanas de embarazo’”, dijo Gemma al podcast Real-fix.com.
La mujer se sorprendió. Todos los recuerdos de los últimos tres años de su vida,
incluido el nombre del padre de su hijo por nacer, habían desaparecido de su mente.
Los médicos le dieron a Gemma una semana para decidir si interrumpir el embarazo.
Pero a pesar de la gravedad de su situación, la mujer quiso llevar a término el
embarazo y en la primavera de 2013 se convirtió en madre de un hijo sano, al que
puso por nombre Rubén.
Gemma está convencida de que su hijo nació por algo y considera un milagro que
haya sobrevivido al accidente y al coma. El nacimiento de Rubén no fue el único
acontecimiento extraordinario en la familia.
Contrariamente a todos los pronósticos de los médicos, Gemma aprendió a caminar
nuevamente y dio sus primeros pasos junto a su hijo de un año. Según la mujer, los
consejos de su madre la ayudaron a superar las dificultades, quien siempre le decía:
“Si piensas en lo malo, lo malo pasará. Piensa en lo bueno y seguro que algo bueno
sucederá en tu vida”.
Gemma resultó ser una verdadera luchadora. Por el bien de su hijo, estaba dispuesta
a soportar cualquier dolor para salir de la silla de ruedas y volver a la vida normal.
A veces se siente muy mal y se queda mucho tiempo en cama. Pero cuando el dolor
cede, se levanta y va al gimnasio a entrenar.
Según la mujer, nada sucede sin razón y no culpa al destino por lo que le sucedió.
Ahora Gemma simplemente trata de disfrutar cada nuevo día y la compañía de su hijo,
que de manera tan inesperada apareció en su vida.
Y el accidente le dio a esta chica la oportunidad de una larga vida. Gracias a ella,
descubrió a tiempo una peligrosa enfermedad.