No se puede juzgar a un libro por su portada, a una persona por su apariencia, y
esta historia nuestra es una perfecta confirmación de ello.
Parece que el abigarrado abigarramiento de ciclistas y culturistas no encaja en
absoluto en la representación estereotipada de humanos salvadores de animales.
Estas personas que están tatuadas y llevan un estilo de vida poco saludable es
más probable que estén asociadas con algún tipo de anarquistas y
violadores del orden público, pero en lugar de lo que esperábamos ver, se han
convertido en fervientes luchadores contra la crueldad hacia los animales.
Este equipo de motociclistas y culturistas se formó hace 14 años en Long Island
y su objetivo principal era prevenir las peleas de perros, que eran muy comunes
en esta región.
Este grupo a veces actuó incluso con más eficacia que la policía, ya que la mirada
áspera y brutal tuvo su efecto.
Además, al ver a los oficiales o un coche de policía, estos individuos inhumanos
podían esconderse, y al ver a los motociclistas, inicialmente no sabían cuáles eran
sus intenciones, además, a menudo los consideraban sus compañeros de ideas y
personas aficionadas a las peleas de perros.
En ocasiones, el equipo puede recibir hasta tres mil mensajes de correo electrónico
y más de doscientas llamadas que indican que un animal tiene problemas en un
lugar u otro.