Juan trabajó en la empresa durante varios años y finalmente se convirtió en gerente. Sin embargo, este ascenso no cambió sus relaciones con sus colegas; siguió siendo la misma persona amable. Para celebrar su ascenso, invitó a sus colegas a un restaurante.
Durante la comida, dos de sus colegas salieron a fumar afuera, donde se les acercó un niño de 6-7 años. El niño preguntó tímidamente: «Perdón, señor, ¿tiene comida extra?» con voz temblorosa y asustada. Juan quedó atónito. Sus amigos sugirieron ignorar al niño, pero sus ojos se llenaron de lágrimas. Tomó al niño de la mano y lo llevó al restaurante. Sentó al niño junto a él y le ordenó comida: dos pasteles de chocolate caliente, papas fritas y pollo asado. La camarera dudó al principio, diciendo que no atendían a personas sin hogar, pero prometió una buena propina y fue a cumplir con el pedido.
Lo que lo sorprendió aún más fue que el niño sacó una pequeña bolsa de su bolsillo y comenzó a poner comida en ella. Juan preguntó: «Come tranquilo; te traeré más». El niño respondió: «Esto no es para mí, señor. Mi mamá y mi hermanito tienen hambre. Pedí comida para ellos». Juan sintió un nudo en la garganta.
Después de eso, el niño llamado Andrés fue al supermercado y recogió tres grandes bolsas de comida. Juan lo ayudó a llevar todo a casa. Se acercaron a un viejo edificio donde vivía la familia. Cuando se abrió la puerta, una joven preocupada de unos 20 años estaba parada allí. Ella dijo: «Andrés, ¿otra vez te has metido en problemas? ¿Qué quieres de nosotros?» Juan explicó que trajo comida, y la mamá comenzó a llorar.
Ella contó que su madre abandonó a su padre, quien trajo a su nueva novia a la casa y los dejó sin nada. La casa estaba a nombre del esposo, y Alicia apenas lograba llegar a fin de mes. Tuvo que depender de la caridad y cuidar de sus dos hijos y la hermana menor de Juan.
Juan se sintió abrumado por las emociones mientras explicaban su situación. Él la consoló y le aseguró que ayudaría. Incluso ofreció alquilar un lugar para ella y los niños, pero al principio ella se resistió. Pero finalmente accedió y encontraron una nueva casa más cómoda.