El miércoles 20 de junio desapareció un niño. Mamá fue a trabajar por la mañana y
Princeton, de dos años, se quedó a cargo del papá Dominic Pick y del perro Apollo.
Pero tan pronto como papá se distrajo por un rato, el niño desapareció.
La casa familiar está ubicada al lado de un bosque en Michigan, y lo primero que
hizo papá fue explorar el área. Afortunadamente, el perro también desapareció,
se esperaba que Apolo no dejara al niño.
Dominik también llamó a la policía, y ya todo un equipo comenzó a inspeccionar
los pantanos, prados y matorrales cercanos. El padre siempre se imaginaba como
el bebé caía en una especie de charco y…
Finalmente, la policía notó las huellas de un perro grande y los siguió. Resultaron
ser las huellas de las patas de Apolo, quien nunca dejó Princeton ni por un segundo.
El niño durante su “larga caminata” estaba equipado con un solo pañal, e incluso
lo perdió en el camino. Todo terminó bien: el niño solo fue picado levemente por
mosquitos y mosquitos.
El alguacil Daniel Abbott dijo que fue Apolo quien salvó al niño porque dejó muchas
huellas visibles junto al niño, y las huellas del niño en el bosque eran casi
imposibles de detectar.
A cambio, el Departamento de Policía del condado de Van Buren entregó una mezcla de
boxer y bull terrier llamada Apollo junto con golosinas y comida. Y los padres
instalaron dos cerraduras nuevas en las puertas delanteras para evitar más intentos
de fuga.