En noviembre de 1942, a bordo del barco británico Ben Lomond, que fue atacado por
el submarino alemán U-172, Poon Lim se encontró entre los demás tripulantes
naufragados. Cuando el marinero se dio cuenta de que no tenía sentido quedarse
en el barco, tomó uno de los chalecos salvavidas restantes y abandonó el barco,
pasando dos horas en el agua tratando de mantenerse a flote.
Las posibilidades de supervivencia eran escasas, pero la suerte le sonrió a Poon
Lim: descubrió una balsa salvavidas con una lona y una pequeña provisión de comida
y agua fresca. A partir de ese momento comenzó la asombrosa historia del rescate
del marinero chino – según contó más tarde, al principio tenía suficientes
provisiones que estaban en la balsa.
Poon Lim subsistía a base de galletas, chocolate y terrones de azúcar, y el
suministro de agua potable ascendía a unos cuarenta litros. Sin embargo, después
de unos meses se agotaron los suministros y el marinero comenzó a buscar otras
fuentes de alimento y agua.
Con los objetos encontrados en la balsa (una antorcha, fuegos artificiales, bombas
de humo), construyó una caña de pescar casera para pescar peces, que luego fileteó
con un trozo de lata de aluminio de galletas y dejó secar al sol, mientras usaba
el paño estirado para recoger el agua de lluvia.
Un día, su balsa fue golpeada por una fuerte tormenta, durante la cual Poon Lim
perdió todas las reservas de agua dulce y pescado seco que había acumulado.
Unos días de hambre y sed casi le cuestan la vida, pero el marinero logró atrapar
un pájaro que pasaba volando y durante algún tiempo pudo saciar tanto su sed como
su hambre.Es interesante notar que al principio Poon Lim contó los días haciendo
nudos en una cuerda, pero luego abandonó esta actividad y se limitó a marcar el
comienzo de cada nuevo mes en función de las fases de la luna.
Fue encontrado el 5 de abril de 1943: unos pescadores de Brasil descubrieron una
balsa con el marinero deshidratado en la desembocadura de un río y lo ayudaron a
llegar a tierra firme. En total, Poon Lim pasó 133 días en mar abierto: durante
este tiempo perdió casi diez kilogramos de peso y quedó gravemente debilitado,
pero todavía tenía la capacidad de moverse de forma independiente y pensar con
claridad.
Después de cuatro semanas en el hospital, el marinero informó haber visto pasar
varios barcos a su lado cuando estaba en la balsa: la mayoría de ellos notaron al
marinero náufrago, pero ninguno pudo salvarlo.
Dos submarinos alemanes ignoraron su señal de socorro, mientras que un carguero
cuya tripulación lo vio se negó a llevarlo a bordo porque era chino.
Su mejor oportunidad para estar a salvo llegó cuando fue descubierto por un avión
militar de los EE. UU., pero en una tormenta en curso, el escuadrón lo perdió de
vista. Cuando le dijeron a Poon Lim que él era el único sobreviviente de ese barco,
respondió lo siguiente: «Espero que nadie tenga que batir mi récord».
