A los 28 años, Heather Jones empezó a conducir un camión por primera vez.
Decidió convertirse en camionero para mantener a sus hijas.
Heather dejó su tranquilo trabajo de secretaria
y empezó a recorrer las carreteras de Australia Occidental.
Hoy tiene 51 años y ya es dueño de su propia empresa de transporte.
A principios de la década de 1990, su marido dejó a
Heather, dejándola sola con sus hijas pequeñas
(Kerstie tenía 4 años y Chelsea solo 5).
Tenía un trabajo estable como contador en una empresa minera.
Pero los salarios eran bajos, por lo que a la joven
le resultaba difícil llevar una vida normal para ella y sus hijos.
Un amigo camionero acudió en ayuda de Heather y le
propuso conducir un camión en varios viajes.
“Ni siquiera sé qué hubiera sido de nosotros si
un amigo no me hubiera ofrecido trabajo.
Después de todo, el salario allí era varias
veces mayor. Y ahora trabajo por mi cuenta.
Esta propuesta cambió toda nuestra vida”, recuerda Heather.
En aquella época, el concepto de camionero era nuevo,
ya que el puesto predominante en esta industria lo ocupaban los hombres.
Pero Heather ha logrado encontrar aliados que
la han apoyado durante todo el camino.
La niña se llevó a sus hijas con ella.
Incluso tuvo que equipar un espacio especial en
el habitáculo del conductor con camas, un aseo y un frigorífico.
Las niñas tuvieron que estudiar mientras viajaban,
ya que no podían asistir a la escuela.
La familia vivió así durante 7 años.
Cuando las niñas se hicieron adolescentes,
le pidieron a su madre que las inscribiera en la escuela.
La mujer entendió que los pequeños
necesitaban un hogar propio y estabilidad.
Entonces decidió pedir un préstamo bancario para invertir en su empresa.
Heather tuvo que pasar por «siete círculos
del infierno» antes de poder conseguir un préstamo del banco.
Después de todo, muchos lo rechazaron porque
no veían el transporte de mercancías como un negocio de mujeres.
Fue difícil iniciar una empresa, la mujer trabajó
día y noche para que la empresa volviera a funcionar.
Ahora Jones tiene 51 años y es dueño de su propia
empresa, también compró una casa en Perth.
Y sus hijas adultas la ayudan en el negocio familiar.
Hace 27 años cambió su trabajo de secretaria
a camionero y no se arrepiente.
Heather Jones ha demostrado con su ejemplo que una mujer
puede conseguirlo todo, incluso en una profesión tan típicamente “masculina”.