Hace diez años, en 1988, el coche de James Robertson, residente de Detroit,
se averió. El hombre gana 10,55 dólares la hora
y no puede permitirse el lujo de comprar un coche nuevo.
Por eso, sin más, decidió ir caminando al trabajo.
Al mismo tiempo, no le molestó en absoluto que el
recorrido fuera bastante largo y consistiera en un
viaje de 34 kilómetros en autobús.
Evan Leedy, un estudiante de 19 años, leyó la historia
de este hombre y quedó impactado por lo que enfrentó.
Estaba abrumado por querer ayudar de alguna manera,
por lo que creó un fondo para recaudar
dinero para comprarle un automóvil a Robertson.
El joven dijo que le llamó la atención el comportamiento
tranquilo y confiado de un hombre que no se queja de
su situación y camina una gran distancia
todos los días sin pensar demasiado en ello.
Esta historia conmovió a la gente y recaudó más de
149.000 dólares. Al mismo tiempo, un fabricante
de automóviles prometió donar un coche a James Robertson.
Según Evan Lidy, quieren utilizar el dinero recaudado
para comprarle una casa al hombre cerca de su trabajo.
Robertson se sorprendió al enterarse de todo esto,
pero no rechazó el regalo, pues las largas
caminatas y la falta de sueño lo estaban cansando.