La Sra. Fabiola encontró satisfacción en su papel como maestra de literatura,
especialmente al cuidar a estudiantes como Tommy Hernández, quien enfrentó
desafíos académicos debido a las dificultades financieras de su familia.
A pesar de sus intentos de llamar la atención sobre la situación de Tommy,
sus esfuerzos no tuvieron éxito hasta que un día descubrió dinero en su casillero.
Preocupada por el bienestar de Tommy, la señora Fabiola lo interrogó y
conoció las difíciles circunstancias que él y su hermana enfrentaban,
con un padre ausente y negligente. Tommy estaba ahorrando dinero para
asegurar la educación de su hermana, ya que su padre no mostraba ningún interés en mantenerlas.
Motivada por la empatía, la señora Fabiola intervino y prometió ayudar
a Tommy y a su hermana a conseguir una educación. Se enfrentó al padre
de Tommy, Demetrio, quien inicialmente se resistió a su participación,
pero finalmente aceptó cambiar su actitud después de darse cuenta de
las posibles consecuencias de los Servicios para Niños.
A pesar de enfrentar resistencia, la señora Fabiola persistió,
ofreció apoyo a Demetrio para su rehabilitación y lo animó a unirse
a comunidades de apoyo. Un año después, las transformaciones positivas
fueron evidentes en la familia Hernández, atribuyendo su nueva estabilidad
y felicidad a la dedicación inquebrantable de la Sra. Fabiola.
La familia Hernández expresó su gratitud a la señora Fabiola por su
apoyo desinteresado, destacando el profundo impacto que tuvo en sus vidas.