Un escolar recolecta y vende cebollas todos los
días para donar dinero para el tratamiento de
un hermano menor gravemente enfermo.
Una increíble historia de amor fraternal de China.
En 2015, la familia Yang, que vive en un pequeño
pueblo de la provincia de Henan, estaba en problemas.
Luego, un hijo menor de cinco años llamado
Che cayó gravemente enfermo. El niño fue diagnosticado
con anemia aplásica, una condición rara que impide que
la médula ósea produzca suficientes células sanguíneas.
Desde entonces, la principal tarea de la familia ha
sido el trato al pequeño. Durante cuatro años,
la pareja pidió prestados más de 700.000 yuanes a familiares
y amigos, que se destinaron a mantener la salud del bebé.
El padre del niño, para poder pagar costosos trámites,
incluso tuvo que buscar trabajo en la ciudad como simple obrero.
Además de sus padres, su hermano mayor, Yihan,
de 11 años, también trabaja en la familia del Che.
Después de que su abuela sufriera un derrame
cerebral en marzo, el adolescente comenzó a vender
cebollas cultivadas en familia en el mercado.
Al mismo tiempo, el estudiante no pide a otros
donaciones voluntarias, diciendo que él mismo quiere
ganar dinero para el tratamiento de su hermano.
La dedicación de Yihan es encomiable. Todas las
mañanas se levanta a las cinco y haga el tiempo que haga,
recoge verduras en el jardín.
Entonces Yihan se sube a su bicicleta y llega al
mercado alrededor de las seis de la mañana.
Allí el chico monta un pequeño derrumbe comercial:
pone cebolla, pone tarro por dinero.
En una tableta improvisada, describió la situación en la familia.
«Compra verduras, salva a mi hermano»,
también está escrito en él. Un manojo de cebollas verdes cuesta un yuan.
Después de montar un mini centro comercial,
Yihan va a la escuela. Vuelve al mercado durante
sus vacaciones escolares para comprobar si todo está en orden.
Y por la noche, toma el dinero y su equipo simple y se va a casa.
Según el adolescente, a veces gana hasta 50 yuanes al día,
pero a veces las cebollas no se venden.
De todos modos, en cuatro meses de trabajo,
el niño logró ahorrar 1.182 yuanes.
Todos fueron al tratamiento de su hermano menor.
Quiero salvar a mi hermano. Quiero que vayamos
juntos a la escuela”, dijo Yihan a los periodistas locales.
No es la primera vez que el niño ayuda con el tratamiento del Che.
En 2018, el menor necesitaba un trasplante de médula ósea
y su padre no podía ser donante. Entonces Yihan
intervino en la situación y le dijo a papá que
no se preocupara. “¿Quién más lo salvará sino yo? dijo y donó su médula ósea.
Según el niño, el procedimiento fue un poco doloroso,
pero no tuvo miedo, porque solo gracias a su hermano pudo recuperarse más rápido.