La botella con la nota estuvo a la deriva en el mar durante 25 años hasta que
terminó en el patio trasero de un niño pequeño. Y este fue el comienzo de una
gran historia.
Una nota escrita por la mano de una niña de 14 años de Quebec, de 25 años,
recorrió una distancia de 100 kilómetros camino a la isla Cape Breton en Nueva
Escocia, escribe CBC Canada. Naima Mitchell, de 8 años, encontró una botella
debajo de un pino en el patio trasero de su casa, donde jugaba con amigos y su
hermano, Maila. Al principio el niño pensó que era basura y recogió la botella
para tirarla, pero luego vio un papel doblado dentro.
Según la madre de Naima, Britta Mitchell, la botella podría haber sido traída
por un huracán que asoló estos lugares hace un par de años.
Naima trató de abrir la tapa, pero no pudo. Su mamá tampoco pudo hacerlo. Tuvo
que usar un abrelatas y unos alicates. Después de veinte minutos de tormento,
Naima finalmente sacó una carta fechada el 12 de agosto de 1995. “Querido amigo,
mis amigos y yo decidimos escribirle a alguien… Mandé la botella navegando en
las aguas de las Islas Magdalena”, escribió el autor en Ingles y frances. Al
final de la carta había una firma: Nelly Needed.
Los Mitchell, intrigados por el hallazgo, decidieron buscar este nombre en Internet
y lo encontraron en la página web del hospital donde trabajaba la médica de familia
Nelly Nadeau. En su biografía se dice que creció junto al mar en el este de Canadá.
Todo apuntaba a que esta era la misma Nellie, solo que ahora vivía en Alaska.
Naima tenía muchas ganas de escribir una respuesta, aunque el remitente no era un
adolescente, sino una mujer de 39 años. Su carta apenas encontró destinatario, ya
que Nelly cambió varias veces de lugar de trabajo y de residencia. Pero aun así los
Mitchell lograron encontrarlo, y el sobre finalmente cayó en las manos correctas.
Según Nelly, la carta le trajo recuerdos de su infancia: cómo, junto con un amigo,
arrojaron dos botellas al mar durante unas vacaciones familiares. Estuvo bajo la
impresión durante varios días después de enterarse de que su mensaje, después de
25 años de deambular, resultó estar en el patio trasero de un niño de 8 años. La
mujer le envió una respuesta a Naima, pero su carta regresó sin encontrar al
destinatario. Nelly no se dio por vencida y comenzó a buscar a los Mitchell a través
de las redes sociales. Había mucha gente dispuesta a participar en una búsqueda
inusual, y no solo en Internet. La gente llamó a amigos y conocidos en Nueva Escocia,
preguntando si conocían a una familia con ese apellido. Y fue encontrada muy pronto.
Por alguna extraña casualidad, la carta regresó a Nellie sin ningún motivo: la
dirección en el sobre era correcta y los Mitchell no se mudaron a ningún lado.
Nelly planea visitar a Naima. El chico también espera con ansias su llegada. En una
entrevista con Newsweek, dijo que planea ir en canoa por el río con un nuevo amigo
por correspondencia; después de todo, a ambos les gusta esta actividad. Mientras
tanto, Nelly y Naima continúan escribiéndose cartas, negándose deliberadamente a
enviar correos electrónicos porque es mucho más interesante.