Dang Van Khuen tiene sólo diez años pero ya vive solo, sin familia, y debe ganarse
la vida por su cuenta.
Desde que era apenas un niño, su madre falleció.
Su padre trabajaba fuera de casa y enviaba dinero a su hijo y a su abuela. Pero un
día falleció la abuela del niño y unos días después también falleció su padre.
El maestro de Dang intervino para ayudarle: ayudó a recaudar fondos para un funeral
digno para la familia del estudiante e informó a las autoridades tutelares de la
difícil situación del niño.
Dang estaba decidido en su decisión de vivir solo, negándose a ser adoptado o vivir
en un orfanato.
Hoy, Dang trabaja incansablemente: por la mañana y por la noche se dedica a la
jardinería, lo que le ayuda a conseguir alimento.
Durante el día, el niño, como todos sus compañeros, va a la escuela y afronta con
éxito el programa.
El joven Dang, de diez años, está convencido de haber elegido el camino correcto,
aunque todo el peso de la responsabilidad recaiga sobre sus hombros.
Es un verdadero héroe, teniendo en cuenta que los niños de su edad viven felices con
sus padres, sin tener que afrontar las dificultades de la independencia. Esperemos
que Dang tenga un futuro brillante y pueda olvidar los días difíciles que vivió.
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