En una típica casa suburbana, las rutinas diarias se ven interrumpidas por una fuente
inesperada de comedia: la indignación de un niño por la temida tapa del inodoro que
quedó levantada. Conoce a Max, un niño precoz de dos años con predilección por
expresar sus opiniones en voz alta y clara.
Una mañana inconsciente, Steve, el padre de Max, deja distraídamente la tapa del
inodoro levantada después de su rutina matutina. Lo que no sabe es que este pequeño
descuido está a punto de provocar una sensación viral. Cuando Steve sale del baño,
se enfrenta a una visión inesperada: Max, con las manos en las caderas, mira con
desaprobación el inodoro infractor.
Con el ceño fruncido y una expresión severa, Max se lanza a un discurso acalorado,
reprendiendo a su padre por la flagrante violación de la etiqueta del baño. Su
pequeña voz resuena por los pasillos mientras da conferencias sobre la importancia
de la consideración y la cortesía común.
Mientras tanto, Steve se queda congelado por la sorpresa, dividido entre reprimir la
risa y tratar de apaciguar a su diminuto crítico. Pero no importa cuánto lo intente,
Max no muestra signos de desacelerar y su pequeño arrebato gana impulso con cada
segundo que pasa.
Sin darse cuenta de Steve, el hermano mayor de Max captura todo el espectáculo en
video, incapaz de resistir la hilaridad del momento. Con solo hacer clic con el mouse,
las imágenes se cargan en las redes sociales, donde rápidamente se vuelven populares
y se propagan como la pólvora por Internet.
En poco tiempo, el discurso de Max sobre el asiento del inodoro se convierte en una
sensación viral, lo que le valió legiones de fans y admiradores en todo el mundo.
Los memes y gifs de sus adorables regaños inundan la web, y los espectadores de todas
partes no pueden resistir el contagioso encanto de este pequeño comentarista.
Mientras Internet se deleita con la nueva fama de Max, Steve no puede evitar
maravillarse ante los impredecibles giros y vueltas de la paternidad.
Y aunque es posible que nunca experimente la humillación de ser regañado por su hijo
pequeño por dejar la tapa del inodoro levantada, no lo cambiaría por nada del mundo,
sabiendo que las animadas travesuras de Max han traído alegría y risas a innumerables
personas en todo el mundo.
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