Imagínese que está en una estación de tren en París y, naturalmente, está claro lo
abarrotado que está el ferrocarril y cuánto tráfico hay; y en ese tránsito, alguien
está sentado tocando el piano.
Y la música es tan hermosa que te dan ganas de bailar. ¿Cómo te comportarías?
¿Bailarías?
Y de repente una chica rubia parecía estar esperando que alguien llamara.
La niña ni siquiera pensó que unos minutos después se convertiría en una estrella y
ese día quedaría no solo en su memoria, sino también en la memoria de quienes lo
presenciaron.
De repente, en ese pasaje, se escuchó el sonido de una música agradable, tan armoniosa
y agradable de escuchar.
La chica que pasaba no pudo permanecer indiferente y comenzó a bailar parada junto
al piano.
Al rato, otros dos transeúntes, una abuela y un abuelo, se unieron a ella y empezaron
a bailar.
Cuando la música cesó, se empezaron a escuchar aplausos, lo que atestiguaba que no
sólo la música era fantástica, sino también el baile de los transeúntes.
Esto fue realmente maravilloso.
Y aunque todo esto no fue planeado, fue muy lindo.
Evaluación