Una feliz coincidencia que salvó una vida.

Dos amigos jubilados caminaban junto al río y a lo lejos oyeron a alguien llorar.

La voz sonó como un grito de ayuda.

Una feliz coincidencia que salvó una vida.

Sonó en dirección al río helado.

Sin entender exactamente lo que estaba pasando, una de las mujeres se quitó la ropa
y rápidamente se arrojó al río helado.

Resultó que era la voz de un perro Husky, que de alguna manera terminó en agua helada
y no pudo salir por sí solo.

Una feliz coincidencia que salvó una vida.

Con un esfuerzo considerable, la mujer logró salvar al perro.

De alguna manera, al sacarla del agua, el pensionista notó que la pata del perro
estaba dañada y el perro estaba congelado, lo cual es muy peligroso para los animales.

Una feliz coincidencia que salvó una vida.

En este caso, es necesario calentar a la mascota sin recurrir a medidas extremas, por
ejemplo, el uso de calentadores.

Sabiendo esto, los rescatistas de la perra la abrazaron fuertemente y corrieron un poco
con ella para mantenerla abrigada.

Una feliz coincidencia que salvó una vida.

Unos días más tarde resultó que la perra tenía una dueña que había perdido a su perro y
no podía encontrarla.

La azafata se enteró del incidente y encontró al perro, gracias a la información sobre
el rescate del perro, difundida en la web.

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