Los caminos hacia la paternidad pueden ser desalentadores. Muni, una niña india con
una cicatriz y una hendidura en la frente, y el bebé Durga, que nació con un gran
agujero en la nariz, no tuvieron ninguna posibilidad de encontrar una familia amorosa.
Sin embargo, ocurrió un milagro. Kristen Williams, una educadora estadounidense sin
hijos pero que aspiraba a ser madre, intentó adoptar una hija de Nepal y gastó 28.000
dólares en preparar el papeleo. Sin embargo, las autoridades estadounidenses acusaron
a la parte nepalí de trata de personas y ella tuvo que abandonar la adopción por un
tiempo.
Unos años más tarde, Kristen empezó a buscar adoptar un niño, esta vez en la India.
En este país le ofrecieron una niña que nadie quería, una niña de cinco años llamada
Munni, que había pasado por mucho dolor en su corta vida. Una de las brutalidades
dejó a la niña con una enorme y fea cicatriz en la frente y una división.
A pesar de su apariencia y personalidad difícil, Kristen no se inmutó: después de 4
años, el día de San Valentín, la estadounidense trajo a su hija a casa. “Fue como si
me atravesara una descarga eléctrica cuando vi su cara. Ella coincidía bien con mis
criterios. Ella realmente se convirtió en todo para mí. »
Seis meses después, Kristen y Munni decidieron que mamá necesitaba un segundo hijo y
la niña necesitaba una hermana. Su búsqueda en la India los llevó hasta Durga, una
niña de tres años. Nadie en el mundo quería a la chica de ojos grandes y hermosos.
Cuando nació, la tiraron a la basura como a una muñeca no deseada. Los perros
salvajes le desfiguraron la cara y la niña perdió la nariz para siempre.
Es sorprendente que la niña se haya salvado, fue un verdadero milagro. Como la
aparición de una familia amorosa en su vida. Entonces, dos años después de la
adopción de Munni, en febrero, apareció la segunda hija, Durga, en la familia de
Kristen Williams.
Madre e hija decidieron cambiar para siempre el destino de la desafortunada niña
desfigurada, dándole un nuevo nombre: Rupa, “bendecida con belleza”. El nuevo
nombre le trajo buena suerte a la niña: después de que los periodistas contaran
en la televisión sobre el milagroso rescate de las niñas, los cirujanos locales
se ofrecieron a realizar una cirugía estética de forma totalmente gratuita.
La gran y fea cicatriz de la frente de Munni ha sido eliminada, dejando sólo una
fina cicatriz quirúrgica que no será visible con el tiempo. Para empezar, se ha
creado una prótesis de nariz temporal para Rupa, que irá cambiando a medida que
su rostro y su nariz crezcan y su tono de piel cambie.
Cuando la niña crezca, podrá someterse a una operación para ocultar para siempre
las huellas de una terrible herida. Esta increíble historia confirma que cada niño
merece amor, cuidado, felicidad y completa aceptación.