El viaje de Jenny Hill hacia la maternidad ha estado marcado por 15 años de luchas,
incluidos cinco abortos espontáneos y el desafío de un raro trastorno cromosómico.
A pesar de las dificultades, nunca perdió la esperanza y alentó a otras mujeres a
perseverar en sus propios caminos para convertirse en madres.
Durante tres años consecutivos, Jenny experimentó el dolor de perder a sus bebés
al principio del embarazo.
Durante este momento difícil, su esposo la abandonó, dejándola sola durante el duelo
durante nueve años.
Sin embargo, la vida de Jenny dio un giro cuando conoció a John, su segundo esposo,
quien le devolvió la confianza en sí misma.
La pareja trató de concebir de forma natural, pero se enfrentó a dos pérdidas más
desgarradoras debido a la condición cromosómica de Jenny.
Ante un 95% de posibilidades de aborto espontáneo, recurrieron a la fertilización in
vitro y obtuvieron con éxito dos embriones viables.
Uno de ellos fue implantado con éxito en el útero de Jenny. El 25 de enero de 2017,
Jenny finalmente se convirtió en madre cuando nació su tan esperada hija.
Harper Grace Hill, su “bebé arcoíris”, simbolizó la esperanza y la felicidad que
pueden surgir al perseverar en tiempos difíciles.
Jenny no podía creer que su sueño se hubiera hecho realidad y apreciaba cada momento
con su hija.
Agradecida con Dios por su «bebé arcoíris», Jenny compartió su historia en un sitio
web, con el objetivo de inspirar a otros con su viaje.
Hoy, Harper ha cumplido un año, camina y brinda alegría diaria a sus padres, quienes
aún se maravillan con su nueva felicidad.
La historia de Jenny es un recordatorio de que los sueños realmente pueden hacerse
realidad, incluso frente a inmensos desafíos.