Hace unas semanas, la madre de dos hijos de Ohio, Caitlin Birch, compartió una
historia inusual que le sucedió a su familia el verano pasado con los usuarios
de Twitter.
Todo comenzó con el hecho de que sus hijas, de siete y diez años, comenzaron a
decir que algo se había «instalado en el dormitorio».
“Las niñas usaron las palabras ‘criaturas’ y ‘ratón’”, dice Caitlin. – La hija
menor insistió en que alguien vivía en su habitación.
Se negó a dormir en él. Le dije que podía dormir en la habitación de invitados
si eso la hacía sentir mejor». Caitlin y su esposo registraron la habitación,
pero no encontraron nada sospechoso. La pareja pensó que un ratón había entrado
en la casa y había puesto trampas.
El invitado inesperado fue descubierto unos días después. Resultó ser una zarigüeya.
El animal se había instalado en el armario de las niñas y salía de noche en busca
de comida.
“Cuando abrimos la puerta, la zarigüeya que se había metido en el vestido de nuestra
hija estaba asomándose por la abertura en su cuello”, recuerda Caitlin.
– Las chicas seguían repitiendo “Te lo dijimos!”.
La pareja recordó que realmente sucedió algo extraño todos esos días: los juguetes
se cayeron de los estantes, la comida para perros desapareció y hasta la mascota
estaba agitada.
Tardaron más de dos horas en atrapar a la zarigüeya. El animal fue expulsado de la
casa, enviado de vuelta a la naturaleza y las niñas finalmente pudieron dormirse
en paz.
