Corina, de 8 años, en un sincero intercambio con su vecino ciego de 89 años,
el Sr. Matthews, afirmó que cualquiera, independientemente de su género,
que no aprecie las buenas novelas debe ser notablemente poco inteligente.
Su conmovedora conexión comenzó hace tres años, cuando Corina pasó tiempo
leyendo novelas desafiantes en el porche del Sr. Matthews, alentada por
el anciano que esperaba que ella se convirtiera en una persona educada y culta.
Una imagen oculta entre las páginas reveló una foto de infancia que
se parece a Corina. Para su sorpresa, era una foto de
su padre cuando era niño, con la etiqueta «Mi mejor hijo, Jeremy».
Sorprendida, Corina enfrentó al Sr. Matthews, olvidándose
momentáneamente de su ceguera. Confirmó la identidad de la
persona de la foto, pero parecía dudar. Sintiendo el secreto,
Corina lo presionó para que le diera más detalles.
El Sr. Matthews confesó ser el abuelo separado de Corina y
lamentó ser un padre ausente. Reveló que su padre, Jeremy,
cambió su apellido después de la separación familiar.
Corina, aunque sorprendida, decidió que el pasado no era crucial.
Al darse cuenta de que, sin saberlo, había pasado tiempo con su abuelo,
aceptó felizmente la nueva conexión.
A pesar de la resistencia inicial, Corina convenció a su padre para que
se reconciliara con su padre separado. Con el tiempo, las tres generaciones
formaron un vínculo familiar genuino y trasladaron al Sr. Matthews a su casa.
Después del fallecimiento del Sr. Matthews, Corina heredó su casa.
Más tarde se mudó allí, donde encontró inspiración para sus novelas
más vendidas, dedicadas a su abuelo y su amor por la literatura.