Un vecino salvó la vida de una anciana al sacarla del fuego. Pero la mujer no tenía
adónde volver, solo quedaban las paredes de la casa. Los vecinos también ayudaron
con esto.
Lillian Davies tiene 102 años y casi la mitad de ellos vivía en una casa antigua en
Gales. Allí iba a celebrar su 103 cumpleaños, antes del cual quedaba muy poco tiempo,
pero un accidente lo impidió. En el dormitorio de una anciana en el segundo piso,
una lámpara se cayó y se encendió. Mientras la mujer dormía, el fuego envolvió la casa.
Lillian no recordaba cómo terminó en el hospital; más tarde le dijeron que un vecino
la había traído. La casa sobrevivió, pero por dentro todo quedó destruido por el calor
y el hollín. No había ningún lugar al que volver; la mujer estaba atrapada en el
hospital. Afortunadamente, ella no estaba demasiado herida. Al principio, Lillian estaba
sola en la sala, luego la trasladaron a otra. Pero nadie le hablaba y la mujer se sentía
terriblemente sola. Las reglas del coronavirus, que prohibían visitar a los pacientes,
agravaron aún más la situación.
Y luego la nieta de Lillian se puso manos a la obra. La niña sola no sería capaz de poner
en orden la casa de su abuela, pero tampoco tenía pensado dejar que una anciana celebrara
su 103 cumpleaños en el hospital en perfecta soledad. Stephanie Davis lanzó un grito de
ayuda en Facebook y recibió una respuesta inesperadamente poderosa.
Le ofrecieron alfombras, cortinas, muebles, ayuda gratuita para limpiar y empapelar…
Stephanie trabajó incansablemente, y los vecinos de su abuela y unos completos desconocidos
la ayudaron. Lentamente, la casa se transformó de una ruina inhabitable a un nido acogedor.
Finalmente, ya nada se parecía a un fuego.
Nueve largos días fuera de casa, y Lillian tenía un lugar al que volver. Cuando la anciana
llegó a casa, su rostro floreció con una sonrisa y Stephanie le devolvió la sonrisa. Ella
y sus vecinos realizaron un pequeño milagro.